La confección totalmente a medida de una lona para una embarcación no es tarea fácil. El proceso habitual incluye el desplazamiento al puerto en que se encuentre para, allí, con la embarcación en el agua, sacar con cierta dificultad un patrón con plástico de lo que luego será la lona rematada. Pero cuando al cliente le resulta posible desplazar su lancha hasta uno de nuestros centros de trabajo, como sucedió en el caso de las fotografías, todo se simplifica y resulta mucho más sencillo y menos costoso vestir a gusto del cliente a su embarcación.