En un post anterior de nuestro blog, te empezamos a contar la historia de TGM-Toldos Gómez, en esa entrada te decíamos que para conocer y entender esta empresa es necesario remontarse a sus inicios: los primeros pasos en el taller de albardería de Antonio Gómez Rodríguez, la realización de las primeras monturas para caballo manufacturadas en Galicia, el coqueteo inicial con el sector de los toldos como solución a una dura crisis... En todas etapas que han marcado el devenir y la identidad de esta empresa puedes adentrarte en TGM-Toldos Gómez: el origen. En esta nueva entrada vamos a ir un paso más allá. ¿Nos acompañas?
Como ya te contamos, en 1977 y tras una década de convivencia, las dos áreas que hasta el momento habían sido los pulmones de esta empresa se separaron. Así, la guarnicionería y los toldos dividieron sus caminos con la construcción de la primera nave destinada a la confección de lonas. A partir de ese momento, Antonio, el hijo de Manuel, queda al frente del nuevo negocio de toldos, convirtiéndose en una figura clave en la historia de una compañía en la que prácticamente se había criado.
A su llegada al puesto, Toldos Gómez comenzó a trabajar por primera vez con lona de PVC y su nuevo gerente decidió introducir en el negocio la fabricación de los toldos fachada. Daba comienzo así la gran evolución empresarial. En 1987 se adquirió una nave en el Polígono del Tambre en Santiago de Compostela para ser destinada a la confección de lonas de camión, optimizando de esta manera el servicio a los transportistas.
Sin embargo, para una gestión todavía más eficaz, en 1990 se produjo la especialización total con la constitución de Toldos Gómez S.L, participada por Manuel, Cándido y dos hijos de cada uno de ellos.
Seis años después, la empresa siguió creciendo, estableciendo en Arzúa unas instalaciones dotadas de la maquinaría más versátil y mejor cualificada para la fabricación de toldos. A finales de los 90, se ampliaron horizontes con la apertura de los centros en Bergondo y Lalín.
El crecimiento de Toldos Gómez fue considerable en la nave del Raído, su especialización fue clave para posicionarse como líder en el mercado.
Con el cambio de siglo, concretamente en el año 2005, Toldos Gómez apostó en firme por mantener la favorable línea de crecimiento de la empresa e impulsó la construcción de una nave de 7000 m2 en el polígono industrial de Arzúa. ¡Se estaba cumpliendo el sueño de toda la familia! La empresa se consolidaba en ese pueblo hasta el momento conocido por sus quesos, pero que la gente ya empezaba a reconocer también por esos toldos con un caballo que protegían a media Galicia... y parte de la otra.
En septiembre de 2016, después de casi 50 años al frente de la empresa como director gerente, Antonio Gómez se jubiló dejando atrás una larga y brillante etapa. Aun así, cabe mencionar que a día de hoy permanece vinculado a la compañía como Presidente del Consejo de Administración y, por supuesto, como socio. El verdadero artífice de la evolución de la TGM-Toldos Gómez durante medio siglo, dejaba el cargo para cedérselo a Esteban Raposo Gómez, su sucesor. ¿Cómo es en la actualidad la empresa? Eso lo dejamos para otro post, si os parece bien claro...