La idea de colocar un toldo en un negocio puede variar dependiendo del tipo de comercio o actividad.
En EE.UU. los toldos para los negocios son estructura fijas, que no solamente decoran de forma adecuada y colorista la fachada del local al que pertenecen, sino que además, proporcionan parte de la comunicación corporativa del local.
El planteamiento no solamente es diferente que en Europa, está también más extendido. En cuanto a España, los comercios no solían utilizar el toldo más que como pura protección contra el sol. Por suerte, hoy en día la cosa está cambiando, aunque no tanto como gustaría al sector, pero ya se ven tendencias, incipientes si se quiere, pero que insinúan un esperanzador futuro.
En primer lugar, los toldos añaden amplitud al espacio comercial. Para las empresas en las industrias de restauración y entretenimiento, esto es aún más fácil de ver, ya que son lugares al aire libre (y la nueva ley que afecta a los fumadores les puede dar el espacio que éstos pierden en el interior), esto permite una mayor cantidad de público y por lo tanto más ingresos. Pero esta regla es válida para cualquier empresa comercial que haga uso de espacio exterior, ya sea para reuniones o eventos ocasionales.
Hay que subrayar que los toldos actúan como un elemento arquitectónico más sin tener que requerir a los servicios de un arquitecto o un diseñador (aunque este último puede aportar mucho en la elección del elemento más adecuado). Aportan flexibilidad, son muy sencillos de instalar y son compatibles con las ordenanzas de la mayoría de municipios, también son más baratos que cualquier construcción permanente y casi no requieren mantenimiento, con todo los convierte en una inversión de muy bajo coste y muy alto rendimiento.
Los toldos pueden reducir los costes de una inversión de cerramiento. Como se sabe (y las asociaciones de toldos de todo el mundo no se cansan de repetirlo) un local lleno de ventanas puede acusar, durante los meses de verano, o bien un gasto extra en aire acondicionado, o bien una falta de confort (y por tanto de clientes) en el local. Los toldos, o cualquier otro elemento de protección solar instalado de forma conveniente en estos huecos de fachada, además de ser un reclamo publicitario, son también decorativos y ayudan a mantener los costes de energía en niveles aceptables. Lo ideal, es concentrarse en las fachadas sur, este y oeste, dedicando especial énfasis en la fachada sur.
Finalmente, puede que un negocio necesite del área exterior para arrancar como se había previsto en el plan de empresa, o bien los calores del verano o las lluvias ocasionales entorpezcan la fluidez de la clientela del modo que se había pensado en un principio. Esto, que en algunos casos no tendría remedio, con toldos se puede solucionar de una forma fácil y con una inversión muy asumible. Cabe añadir que, los toldos, se pueden desmontar cuando se quiera, se pueden accionar automáticamente y, como se ha dicho, añaden un efecto visual atractivo a cualquier espacio.
Puedes encontrar este artículo en la Revista Toldo nº 1 año 2011.