Mucha gente asocia toldos con verano, pero lo cierto es que podemos sacar partido de ellos también en todas las épocas del año. Con la llegada del otoño y las bajas temperaturas, nuestro toldo puede ser nuestro gran aliado para balcones o terrazas. Además, seguro que en los días de otoño agradeces tomarte una bebida caliente en tu terraza viendo ese pequeño
orballo caer, ¿a que sí? 😉
Ya hemos hablado en anteriores entradas sobre esto, pero es muy importante cuidar el toldo y no olvidarnos de hacer lo mismo con su estructura. Aunque la mayoría de los toldos vienen ya preparados para la época de verano como para la de invierno y las lonas son cada vez más resistentes contra los fenómenos meteorológicos, es importarte seguir una serie de pautas para protegerlo y alargar su vida útil para que luzca como nuevo año tras año.
Desde
Toldos Gómez, te damos los consejos básicos para conseguir proteger tu toldo durante el otoño-invierno, ¡y deben ser aplicados a todas las estaciones del año!
La humedad, tu peor enemiga
Evitar la humedad es el primer paso para favorecer la conservación de nuestro toldo. En otoño e invierno son habituales las pequeñas lluvias y puede ocurrir que tu toldo se te haya quedado desplegado, por eso lo fundamental es evitar recogerlo hasta que se encuentre totalmente seco. De lo contrario, la humedad se quedará en los pliegues pudiendo formar hongos y moho. Esto es especialmente importante cuando vamos a recoger el toldo por una larga temporada, ya que se podría deteriorar en gran medida.
Posiblemente ahora te estarás preguntando si hay algún problema en dejar el toldo abierto mientras llueve o hace algo de viento, y la respuesta es… ¡claro que no! Siempre que sean pequeñas lluvias, así se garantiza el buen estado de la lona porque se debe evitar las grandes acumulaciones de agua que podrían aparecer, ya que la lona podría ceder.
Estar al tanto de las previsiones meteorológicas
Este también es un paso importante para prevenir que nuestro toldo sufra daños. En caso de que se prevean rachas de viento desmesuradas, granizo o lluvias torrenciales, es recomendable recoger nuestro toldo, ya que podría romperse o desgarrarse.
Otro aspecto para tener en cuenta es que, si el toldo se encuentra cerca de árboles o plantas demasiado altas, el viento podría quebrar sus ramas llegando a
rajar la lona, por lo que revisarlo de vez en cuando para comprobar que todo está como debe, nos ahorrará disgustos.
Limpieza profunda y frecuente
Cuidar y mimar el toldo es importantísimo para disfrutarlo durante años y años… Es necesario realizar ciertas tareas de limpieza, aunque estas deben hacerse durante todo el año, esta es la época en la que tenemos que realizarlas con más frecuencia. Es aconsejable limpiar la lona con un aspirador, ya que es más cómodo y efectivo o agua con jabón. Este proceso también podría hacerse con una manguera de agua sin excesiva presión, pero es más arriesgado para la salud de nuestra lona.
Los herrajes y estructura que soportan el peso de la lona son el eterno olvidado, pero es un elemento clave en el toldo. Es importante mantenerlos siempre en buen estado, evitando su deterioro con el tiempo.
Esto debe hacerse, como mínimo, 3 veces al año, aunque desde Toldos Gómez recomendamos hacerlo con cada cambio de estación, además de controlar si tiene roturas o cualquier desperfecto. En ese caso, es importante ponerse en contacto con nosotrxs, ya que pondremos solución lo más rápido posible para que
la vida de tu toldo no corra peligro 😉
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